miércoles, 10 de febrero de 2010

Joseph Sheridan Le Fanu - Carmilla (y breves apuntes sobre Elizabeth Bathory)


Laura y su padre pertenecen a una familia de nobles ingleses que por azares del destino viven en un antiguo castillo el cual se encuentra bastante alejado de la más próxima aldea en algún lugar de Europa del Este; y únicamente los acompañan el ama de llaves y demás criados, por lo que la existencia de Laura es algo monótona. Uno de los primeros recuerdos que tiene Laura de su niñez es el haber estado en presencia de una extraña y bella mujer quien la tomó entre sus brazos provocándole dos pequeñas heridas en su cuello...


Años después, una tarde mientras pasea con su padre en los alrededores del castillo, la joven es testigo de un accidente de un carruaje que transporta a una dama y su madre. Esta última pide encarecidamente al padre de Laura que le permita alojar a la dama en cuestión en su castillo ya que asuntos urgentes requieren de su presencia en el lugar al que se dirigía, y debido al accidente, la joven dama de nombre Carmilla no puede viajar. El padre de Laura accede y así su hija y Carmilla traban una profunda amistad a pesar del comportamiento algo extraño de la nueva inquilina: siempre despierta después de medio día y por lo general no toca su comida.


Aún más: pronto comienza a mostrar un interés más profundo hacia Laura a tal grado que parece estar enamorada de ella y sin la cual su vida parece no tener sentido. Esta situación inicialmente desconcierta a la joven pero gradualmente ella parece experimentar a su vez una atracción hacia Carmilla: “Lo cierto es que yo sentía algo inexplicable por aquella hermosa forastera. Me sentía, como ella decía, atraída hacia ella, pero experimentaba también algo de repulsión. No obstante, en ese sentimiento ambiguo prevalecía enormemente la atracción. Era tan hermosa y tan indescriptiblemente atractiva que me intrigaba y me subyugaba”.



Al poco tiempo, Laura comienza a sentir una extraña debilidad que se va apoderando de ella, y debido a que en la región se habían producido una serie de muertes misteriosas, sobre todo de mujeres, el padre de la joven teme lo peor por lo que acude a los doctores de la región y también a un noble amigo de él quien recientemente había perdido a su sobrina. Este último personaje parece saber algo que el padre de Laura ignora, y junto con los médicos del lugar creen que Laura pueda estar siendo afectada por la plaga de los resucitados (*), como llama a su condición uno de los galenos. Estas y otras revelaciones les harán saber que Carmilla no es quien dice ser y las acciones a tomar deben ser las conducentes para detener al monstruo...


Carmilla es todo un clásico del género de terror, así como un precursor de novelas como la mismísima Drácula ya que ahí encontramos los elementos propios de este tipo de relatos: Carmilla como la última descendiente de una antigua y noble familia alcanzada por una maldición, la sensualidad inherente a estos personajes así como sus dotes seductoras para con sus víctimas.


Se dice que Sheridan Le Fanu (1814 - 1873) recurrió a un antecedente real capaz de desbancar a cualquier otro asesino con características vampiresas para escribir su relato: La Condesa Elizabeth Bathory que hacia fines del siglo XVI aterrorizó Hungría con su intento de lograr la juventud eterna mediante baños en la sangre de muchachas jóvenes, la mayoría a su servicio.


En 1962, la escritora francesa Valentine Penrose escribió un hermoso libro mitad lirismo - mitad historia llamado La Condesa Sangrienta, que describía la vida, muerte y crímenes de Elizabeth. El relato de los crímenes que la condesa perpetraba con ayuda de sus asistentes está catalogado como bello y brutal:

“...A las dos o tres jóvenes las dejaban completamente desnudas, con el pelo suelto. Eran hermosas, y siempre tenían menos de dieciocho años, a veces doce... Cuando la muchacha no era sino una llaga tumefacta, tomaba una navaja de afeitar y hacía incisiones aquí y allá. La sangre brotaba de todas partes, las mangas blancas de Elizabeth Bathory se teñían de ese diluvio rojo... La bóveda y las paredes chorreaban...”


Bathoey fue para Sheridan Le Fanu una inspiración basada en crueldades históricas, en un gusto malsano por la tortura y la sangre. Elizabeth Bathory fue juzgada después de haber asesinado a unas 500 muchachas y emparedada hasta la muerte (ocurrida en 1610) en su castillo de Csejthe.


(*) No pude menos que resistirme a poner esta frase tal y como aparece en el libro, creo que describe a la condición vampírica perfectamente como la percibían los escritores del tema en aquellos entonces. Que lírica! nada que ver con los vampirillos de Crepúsculo ni demás aberraciones literarias recientes.

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Ian McEwan - Expiación

"Sabía lo que exigían de ella. No una simple carta, sino una nueva crónica, una expiación, y estaba preparada para redactarla."...